[Aviso para viajeros]: He intentado en el presente texto no desvelar demasiados elementos de lo sucedido en libros anteriores, pero es difícil hablar de una tercera parte sin mencionar la situación de los personajes tras los dos libros anteriores. Si no los has leído y pretendes hacerlo te recomiendo que no sigas leyendo. Puedes leer la crítica del primer libro El Ojo del Mundo aquí, y la del segundo, La Gran Cacería aquí.
Todos los libros de la saga comienzan con un breve prólogo que sirve para poner en contexto y adelantar algunos de los eventos a los que tendrán que enfrentarse los protagonistas. Una de las cosas más interesantes de estos textos es que la primera vez que se leen, el lector apenas es consciente del alcance de lo que Jordan está contando, mientras que leídos de nuevo una vez acabada la novela es cuando alcanzan su total significado. En esta tercera novela Jordan incluye una nueva función al prólogo y es hacerlo servir de resumen de lo sucedido hasta la fecha, pero no dedicándose a narrar sencillamente lo sucedido como si de un resumen se tratase, sino de forma sutil, entremezclando los sucesos con la trama que está ocurriendo. Esta forma de recordar al lector lo ocurrido anteriormente sin caer en lo obvio es una de las características de la novela y volveremos sobre ello más adelante.
"–Rand se ha marchado –se limitó a decir el Guardián antes de irse a toda prisa, pero aquello fue más que suficiente."
En cuanto a los otros tres protagonistas, Jordan los utiliza para dar a conocer a través de cada uno de ellos lo que está sucediendo en distintas partes del mundo en cada momento. Gracias a Egwene profundizamos mucho más en lo que ocurre en Tar Valon y la forma de actuar de las Aes Sedai –los capítulos que pasan en la Torre Blanca, intentando desentrañar secretos y traiciones sin ser descubiertos dejan cierta reminiscencia a las correrías de Harry Potter y sus amigos en Hogwarts–. Perrin continúa con su lucha para entender en qué se ha convertido y qué alcance tiene su nueva conexión con la naturaleza y nos permite asimismo adentrarnos más en algunas de las razas que habitan el mundo y que hasta el momento apenas habían sido mencionadas. Y gracias a Mat, aunque la suya sea la trama más reducida, y la más irregular de las tres, conocemos algunas de las intrigas políticas que van cobrando cada vez más importancia conforme avanza la saga y tenemos el placer de recuperar a un personaje muy querido que aparece y desaparece de forma intermitente conforme avanzan los distintos libros pero que parece tener mucha información que revelar en el futuro.
Uno de los elementos esenciales de la escritura de Jordan y que en este libro alcanza un nivel sobresaliente es la plasmación del mundo de los sueños. Llegados a este punto son ya varios los personajes que pueden acceder a él y gracias a su propia visión obtenemos un conocimiento mayor de qué es y la importancia que tiene en la mitología de la Rueda del Tiempo. Las escenas oníricas son posiblemente lo mejor de toda la novela. Jordan narra lo sucedido entrecortando escenas, cruzando unas con otras o pasando de un escenario a otro sin solución de continuidad y el lector acaba tan confundido como los propios personajes. Pero no es una confusión que impida entender la acción, a pesar de lo aparentemente errático de la narración, en todo momento sabemos qué está ocurriendo aunque no seamos capaces de describir la escena con exactitud. Igual que si fuera un sueño.
"Callandor. No estaba seguro de si el susurro había surgido dentro de su cabeza o fuera de ella; pero parecía resonar por las columnas, suave como el viento, procedente de todos los rincones, insistente. Callandor. Quien me empuña empuña el destino. Tómame e inicia el viaje final."
Retomando lo mencionado más arriba, Jordan hace un esfuerzo digno de mención para recordar conforma avanza la trama sucesos que han ocurrido en los libros anteriores pero siempre sin entorpecer la narración en curso. Entrelaza de forma perfectamente natural lo ya sucedido con lo que está ocurriendo de manera que el lector no se encuentra perdido en ningún momento a pesar de tratarse de un mundo tan grande y con una cantidad tal de personajes. Sería llamativo adentrarse en una saga de estas características en el tercer volumen, pero da la sensación de que cualquier lector podría leer el Dragón Renacido sin haber leído las dos partes anteriores y lo disfrutaría perfectamente sin perderse nada. Sin embargo para los que van leyendo la saga libro a libro a estas alturas tienen ya una perspectiva completa de un mundo complejísimo y vivo poblado por personas reales involucradas en un conflicto de carácter épico del que al lector le resulta difícil escapar.
El Dragón Renacido ha sido editado por Minotauro en rústica con solapas y 688 páginas a un precio de 19,95€
Comentarios
Un libro importante de la saga, marca el camino que seguirán los libros desde la caida de la ciudadela.