Sentient. Jeff Lemire y Gabriel Walta

[Atención]: En el presente texto se revelan numerosos detalles de la trama del cómic. Te recomiendo leer primero la obra antes de seguir leyendo. 


Sentient es una de esas obras en las que contenido y continente se abrazan a la perfección. Una obra que, además de la importancia que tiene per se, establece una declaración de intenciones. El cómic, obra de Jeff Lemire y Gabriel Walta, es una de las series publicadas por la relativamente nueva editorial TKO que irrumpió en el mercado estadounidense hace un par de años y que ahora llega a España de la mano de Panini Comics bajo su sello Evolution.

El mercado actual del cómic está en constante expansión, nuevas editoriales surgen cada pocos meses ofreciendo prácticamente lo mismo. Incluso los autores van pasando de una a otra escribiendo sus distintas series en este macrocosmos editorial sin que en la práctica el lector note alguna diferencia real entre comprar la última serie de Garth Ennis en Avatar Press, Dynamite Entertaiment o Aftershock. TKO sin embargo llegó con la intención de “cambiar la forma en que compramos y leemos los cómics”. Su modelo de mercado es sustancialmente diferente al de todas las demás editoriales. TKO lanza unas pocas series cada año y las saca todas a la vez. Pero no solo publica todas las series al mismo tiempo sino que publica todos los números de todas las series el mismo día. Y en todos los formatos posibles, digital, comic-book y recopilatorio. En un mercado como el español en el que casi todas las series independientes nos llegan recopiladas en tomos no notaremos mucha diferencia entre las colecciones de TKO y las del resto de editoriales. Pero en Estados Unidos donde el lector está acostumbrado a leer las series mes a mes en formato comic-book y a verlas recopiladas en rústica o en cartoné al cabo de varios meses, el hecho de tener el mismo día todas las opciones a su disposición es un cambio significativo. Por eso llama la atención que Sentient, una obra que en su propia historia abraza la idea de cortar con el pasado para abrazar un nuevo futuro no fuera uno de los primeros lanzamientos de la editorial. Parece difícil encontrar un mejor heraldo de las intenciones de la editorial. 

Sentient es una obra de ciencia ficción en la que un grupo de niños quedan al cargo de la inteligencia artificial de su nave, Valarie, en el momento en que todos sus padres son asesinados. Un grupo de colonos viajan desde una Tierra moribunda hacia una nueva colonia en la que poder comenzar una nueva vida. Parece un reinicio, una nueva oportunidad para la humanidad de hacer bien las cosas que hicieron mal en la Tierra, pero incluso ahí, en esa nueva colonia, no todos creen que alejarse millones de kilómetros de su planeta natal sea suficiente para dejar atrás el pasado. Un grupo de terroristas separatistas lucha por cortar todo lazo con el pasado terrestre. El cómic parece buscar argumentalmente la forma más radical posible de romper con el pasado y emprender un nuevo camino, no es suficiente con abandonar la Tierra, sino que hay que extirpar toda unión con ella y empezar de nuevo. Pero ni siquiera serán estos separatistas quienes obtengan finalmente el beneficio de un nuevo comienzo. Serán los niños protagonistas, quienes por un lado pierdan a sus padres –existe acaso simbólicamente una forma más radical de cortar con el pasado que la pérdida de los progenitores– y no siendo esto suficiente acaben enfrentándose a los separatistas y derrotándolos. Finalmente, llegados a la nueva colonia, el resto de colonos desconfiará de los niños, pues después de todas las aventuras vividas, no los reconocen como iguales a ellos. Parece querer decirnos Sentient que no es suficiente abandonar la Tierra, y tampoco cortar lazos con ella. Un paso más ha de darse, hay que transformarse en algo diferente, algo completamente nuevo.


Por su parte, la otra gran protagonista de la historia, Valarie, la inteligencia artificial de la nave en la que viajan los niños, fue creada en el planeta Tierra por los humanos y contiene una serie de directrices que le marcan el camino a seguir. Será en el momento en que pierda esas directrices en el transcurso de la crisis del primer número, cuando un nuevo camino se abra ante ella. Al principio será solo hacerse cargo del cuidado y la educación de los niños, preparándoles para comer sus platos favoritos y entrenándoles en el manejo de la nave. Valarie no dudará en entregar a los niños al grupo de separatistas en cuando estos entren en escena. Según ha sido programada –según siempre se han hecho las cosas– los humanos cuidan de los humanos, y las inteligencias artificiales les asisten. Pero el espíritu de lucha de los niños acabará por contagiarla y comenzará a tomar sus propias decisiones. La cuestión está clara, dejar a los niños al cargo de otros humanos, o tomar el camino nuevo, hacerse ella, una inteligencia artificial, cargo de ellos. Finalmente se enfrentará activamente a los invasores –el pasado– y morirá en el proceso, para renacer al final de la historia como algo diferente, algo completamente nuevo. 

Parece que Sentient quiere reflejar la misma filosofía que la propia editorial TKO ha puesto encima de la mesa. Despidámonos de los viejo, planteémonos las razones por las que hacemos las cosas y comencemos ha llevarlas a cabo de forma diferente. Abrid camino para lo nuevo.

Independientemente de esta reflexión, Sentient es un cómic sobresaliente. El argumento de madre coraje –representado aquí por la inteligencia artificial– no es para nada algo nuevo, pero aquí envuelto en ciencia ficción resulta algo refrescante. Lemire, como nos tiene acostumbrados, firma un guion notable al que poco puede achacársele. Pero si algo destaca es el dibujo de Gabriel Walta, que por momentos parece una evolución moderna del mejor John Romita Jr.. Walta presenta un dibujo de trazo suelto que representa la escena con las líneas justas pero con un especial detalle a los elementos clave como las expresiones de los personajes. Teniendo en cuenta que la serie está protagonizada casi en solitario por un grupo de niños y una nave consciente, el maravilloso trabajo que Walta realiza al presentar toda una gama de emociones y sentimientos en el rostro de los pequeños conducen al lector a través de todo el viaje emocional que presenta la obra.

Volviendo a la política editorial de TKO, otra de sus normas es la de hacer siempre miniseries de seis números. Esta idea se traduce en una pérdida de libertad de los autores a la hora de contar su historia, ya que carecen de la libertad de dedicar a sus historias el número de páginas que la historia requiera. En el caso de Sentient, aunque el arco argumental de la historia está claro y llega a una conclusión satisfactoria, parece algo apresurado. Tras leer las últimas páginas a uno le queda la sensación de que el planteamiento de la serie hubiera dado para algunas historias más, un desarrollo algo más extenso que permitiese trazar correctamente el viaje emocional de los protagonistas. El único punto flaco que puede achacársele pues a un cómic sobresaliente en todos los demás aspectos viene dado por una norma autoimpuesta de la propia editorial. Queda pues en el aire la pregunta de si estas nuevas técnicas editoriales de TKO resultarán en un nuevo paradigma a la hora de publicar cómic, o de si la innovación que aportan por un lado se verá limitada por sus propias normas equilibrando la balanza y ofreciendo algo en el fondo no tan diferente a lo que ya tenemos. 

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