La Puerta. Manel Loureiro

Una tormenta sobrecogedora con un aguacero inmisericorde. Una niebla densa y envolvente en un monte perdido y solitario en el rural gallego. Dos trabajadores aislados en un paraje remoto solo gobernado por inmensos molinos eólicos que zumban entre la niebla. Velas a medio consumir tiradas entre los arbustos, un conjunto de rocas megalíticas y, al fin, un cadáver. El comienzo de La Puerta, la nueva novela de Manel Loureiro tiene todo lo que se podría esperar de un thriller para dejar al lector con los ojos pegados al papel. Loureiro plantea a la perfección el escenario en el que va a transcurrir toda la novela, ese rural gallego semiabandonado lleno de naturaleza salvaje y plantea el tono que tendrá la novela, un thriller sí, pero con un importante componente sobrenatural. En solo veinte páginas, el lector está irremediablemente atrapado en esta historia de crímenes rituales.

—La vida y la muerte están entrelazadas de una manera tan densa que no hay que sentirlas, sino abrazarlas cuando toca.

Durante las próximas cincuenta páginas, Loureiro se dedica a presentar a los personajes y el entorno más cotidiano de cada uno. Raquel Colina es una policía de Madrid cuyo hijo, Julián, tiene una enfermedad terminal y poco tiempo restante de vida. Ante una lejana posibilidad de salvación para su hijo, Raquel viajará a un remoto pueblecito gallego dejando atrás todo lo que conoce, y rompiendo con todo lazo a su vida anterior. Una vez en Galicia conocerá a Javier Vilanova, un tranquilo policía que será su nuevo compañero. Toda esta parte de la novela, sin duda necesaria de cara a ubicar emocional y vitalmente a los personajes resulta sin embargo un cambio de ritmo algo drástico, con tímidos avances en la trama policiaca. No es hasta la página setenta que los protagonistas acuden al lugar del crimen y comienzan la investigación del caso. Eso sí, cuando por fin lo hacen, los eventos no paran de sucederse, nuevos personajes, y nuevos misterios a cada capítulo, la novela comienza a coger velocidad y ya no para hasta su impactante final. 

La Puerta, que se presenta con la etiqueta de thriller sobrenatural, tiene más de lo segundo que de lo primero y es ahí donde residen sus principales fortalezas. Queda patente el curriculum de Loureiro hasta la fecha, y es en lo fantástico donde se siente más cómodo y dónde mejor se mueve. El componente sobrenatural va creciendo conforme la novela avanza y puede llegar a causar reparo al lector que tan solo busque un thriller policiaco al uso, pero sin duda recompensará a quien se deje seducir por el planteamiento de la novela. Eso sí, que nadie se engañe por esto, la novela es ante todo un thriller, y como tal está muy bien construido. Siendo novedad en su obra, Loureiro se desenvuelve perfectamente, manejando el misterio a su antojo y dosificando la información que obtiene el lector en cada capítulo hasta llegar a la resolución de la trama. La historia de una policía de ciudad en un paraje rural resolviendo un crimen suena a priori a algo ya visto, pero Loureiro tiene la valentía de llevarla a su terreno y desarrollarla a su modo. 

Vacilé un segundo antes de asomarme al dintel, pero sin atreverme a cruzar aquella puerta todavía. Mis pies parecían haberse fundido con la moqueta, incapaces de dar otro paso. El marco estaba frío e hinchado por incontables décadas de humedad y lluvías y tenía un tacto desagradable.

La novela de Loureiro, como toda su obra, está pensada para ser leída por un público masivo y con la motivación clara de entretener. Utiliza por ello un lenguaje claro y sencillo, pero no por ello menos trabajado, salpicado aquí y allí de vocablos gallegos; y un ritmo ágil que llegado determinado punto agarra al lector y tira de él hacia delante sin dejarlo escapar. No tiene reparos en utilizar golpes de efecto como el oportuno estampido del trueno tras una revelación importante o la consabida bajada de temperatura en la habitación en la que se están revelando secretos truculentos. Pero incluso lo que en un principio parecen simples trucos de novelista acaban teniendo un significado real en la novela conforme esta avanza. No se trata de la obra de un escritor novato intentando impresionar al lector sino que revelan a un escritor consciente del juego al que está jugando. Un autor que utiliza las herramientas a su alcance del modo que mejor le conviene para lograr el efecto que pretende. En el momento actual no se sabe todavía si la novela tendrá continuación, aunque el propio escritor afirmó durante la presentación tener alguna idea; visto el lugar en que acaban los personajes al finalizar La Puerta, uno no puede sino esperar con suma curiosidad el desarrollo de una hipotética secuela. 


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