La Guerra Civil Española. Paul Preston

Hablar de la Guerra Civil Española todavía cuesta. Las heridas todavía supuran y estamos demasiado cerca temporalmente del suceso como para lograr una imprescindible abstracción objetiva. Esto no quita para que cualquier aportación que ayude a entender las razones de los desastres que ocurrieron siempre sea bienvenida y necesaria. Poco a poco, a lo largo de los años se va construyendo gracias a numerosas obras nacionales pero también internacionales un discurso y, más interesante aún, un debate, sobre lo sucedido que nos ayuda a entender nuestro propio pasado, nuestro presente, y en cierta medida, también nuestro futuro. La Guerra Civil Española de Paul Preston no es por tanto un oasis en el desierto, sino uno más de los cientos de libros sobre el conflicto que se han escrito a lo largo de los años. Es, eso sí, quizás por la propia fama de su autor, uno de los más conocidos. Como suele ocurrir, ser el más conocido no lo hace mejor ni peor, solo más accesible. Veamos qué nos cuenta Preston y a quién puede interesar este libro.

La dificultad de alejarse ideológicamente del conflicto no es un fenómeno que afecte únicamente a los escritores nacionales sino también a los extranjeros. Preston se sitúa claramente a la izquierda del espectro político y posee una tendencia acentuada a victimizar a la izquierda y demonizar a la derecha que se repite a lo largo de los capítulos de forma clara y obvia aunque no excesiva. Sin embargo, va de frente. Ya en las primeras páginas del libro deja clara su ideología política y no la esconde en ningún momento de manera que el lector sabe a qué atenerse al leer su libro y en ningún momento se siente engañado o manipulado por el autor. Preston, como tantos otros autores narra, la Guerra Civil desde su punto de vista, corresponde al lector formarse su propia opinión. 

Lo que podemos encontrar en La Guerra Civil Española de Paul Preston es una visión general del conflicto desde el punto de vista político y social pero sin entrar en los detalles bélicos que podrían haber convertido esta obra en un volumen tres veces más amplio y menos accesible. Preston cuenta en diez amplios capítulos los movimientos políticos que llevaron al estallido de la guerra así como los que ocurrieron durante la misma, con foco en los principales protagonistas de la misma. Siempre a vuelo de pájaro, sin entrar en las trincheras el libro pasa por encima de las principales batallas y se sumerge de lleno en los movimientos sociales que sacudieron a España durante aquellos años. Son pocos los generales o los soldados que se nombra y a los que se hace, se lo hace de forma breve. Se menciona una u otra campaña, más desde el punto de vista de la importancia que tuvo en el devenir de la guerra que desde el táctico militar. Lo que a Preston le interesa es lo que ocurría detrás de las trincheras, un rápido vistazo a sus diez capítulos dará una imagen clara de lo que cuenta este libro.

El 19 de julio, Giral envió un telegrama pidiendo ayuda a Léon Blum, primer ministro del gobiertno francés del Frente Popular, que decía: «SORPRENDIDOS POR PELIGROSO GOLPE MILITAR, STOP. SOLICITAMOS AYUDA INMEDIATA ARMAS Y AVIONES. STOP. FRATERNALMENTE GIRAL»

A modo ilustrativo de las intenciones del autor la guerra en sí tarda casi tres capítulos enteros en estallar. Durante los dos primeros Preston se afana en narrar la situación política del país. En el primero “Una sociedad dividida: España antes de 1931” pone en perspectiva todo lo acontecido hasta 1931 y en el segundo “El desafío de la izquierda: 1931-1933” detalla lo ocurrido en los años inmediatamente anteriores al conflicto. Aquí leeremos por ejemplo como el afán de la República por desinstitucionalizar la iglesia católica en España choco de frente con los intereses de la derecha que tenía en la iglesia un importante aliado social y político, o el uso que hicieron del mundo agrícola como moneda de cambio entre unos gobiernos y otros instaurando políticas sucesivas e intercambiables que beneficiaban a unos y perjudicaban a otros. El tercer capítulo “Enfrentamiento y conspiración: 1934-1936” entra de lleno en los meses anteriores al estallido del conflicto y lleva al lector hasta las causas últimas del alzamiento y el comienzo de la guerra con especial detalle en cómo Franco pasó de estar en una posición muy secundaria entre los generales sublevados a adquirir el liderazgo absoluto. Se trata de tres largos capítulos que suponen aproximadamente un tercio del libro y en los que queda clara la pretensión de Preston de ubicar la guerra civil dentro de un contexto histórico y político muy concreto, con la mirada dirigida hacia el interior del país, algo que cambiará en las próximas páginas. 

El cuarto capítulo, “El mapa de España está sangrando: del golpe de estado a la Guerra Civil” se dedica a narrar los primeros compases de la guerra, en los que el alzamiento se extendió de forma rápida por la península y durante los que hubo más de rencillas y venganzas personales por agravios pasados que de guerra propiamente dicha, hasta que en octubre de 1936 las armas de la Unión Soviética comenzaron a entrar en el país y la balanza alcanzó un equilibrio diferente al que había habido hasta el momento. Preston aprovecha este momento para abrir el encuadre en el siguiente capítulo “Detrás del pacto de caballeros: Las grandes potencias traicionan a España” y describir a importancia de la política europea en el transcurrir de la guerra en España. Preston hace hincapié aquí pero también numerosas veces posteriormente en cómo las decisiones tomadas en las cancillerías europeas determinaron el devenir del conflicto en España de forma más contundente que los propios movimientos de tropas o la política nacional. El grado de cumplimiento del pacto de no intervención en cada uno de los países o los envíos de armamento y tropas de forma más o menos encubierta decantó la balanza, según Preston, claramente por el bando nacional y garantizó la derrota republicana. 

El conflicto español fue, desde el punto de vista internacional, únicamente la última y más encarnizada batalla de una guerra civil europea que, a intervalos, había sido atroz a lo largo de los veinte años anteriores. 

El capítulo sexto, “Madrid es el corazón: La epopeya central” se enfoca en el grueso de la guerra con especial énfasis en lo que ocurría en la capital, desde las decisiones políticas hasta los quintacolumnistas escondidos en la ciudad. Es aquí donde algunos personajes militares tienen un mayor aunque modesto protagonismo como Vicente Rojo o el general O’Duffy de las Brigadas Internacionales. A continuación vienen dos capítulos titulados “La política en la retaguardia nacional” y “La política en la retaguardia republicana” en los que se analiza la política sí, pero también la forma de vida de los ciudadanos en cada una de las dos Españas. Posiblemente sean estos capítulos los que en mayor grado dejan patente la dirección ideológica del escritor pero sobre todo demuestran un interés especial por el ciudadano medio. Además de narrar los conflictos internos en el gobierno entre comunistas, republicanos y anarquistas o los entramados políticos del naciente régimen de Franco, Preston dedica numerosas páginas a conocer cómo vivían los españoles bajo cada uno de los dos regímenes. El hambre, las prohibiciones, los asesinatos, la inseguridad qué sentían los españoles que estaban lejos del frente. Este es un tema que interesa especialmente al autor y sobre el que seguirá indagando tras un capítulo en el que narra los últimos estertores de la guerra “Derrota a plazos”. En el último capítulo, “La paz de Franco” Preston continúa ahondando en el desastre humanitario que supuso la guerra y la postguerra es España. Deja a un lado la política y la bélica y se centra en las miles de personas que fueron asesinadas, torturadas o violadas. Habla de matanzas y de campos de prisioneros, o de los derrotados españoles que acabaron en manos del nazismo, de años de represión social. 


En definitiva La Guerra Civil Española de Paul Preston es un acercamiento al conflicto español desde un ámbito político y social que ayuda a entender qué ocurrió y los sucesos que llevaron al país a ese punto. No se trata de un manual de historia cronológico, sino que la narración va dando saltos hacia delante y hacia atrás según va saltando de un tema a otro y desde luego no se trata de una crónica bélica pues, pese al título, hay poca guerra en él. Se mencionan algunas de las grandes batallas pero de forma breve y sin hacer hincapié en el desarrollo de las mismas sino en sus consecuencias. Ahora bien dedica un gran número de páginas a entender cómo era la vida de los españoles durante los años que duró el conflicto y qué importancia tuvieron las potencias extranjeras en el mismo, así como el desarrollo político de ambos bandos. Un ensayo eminentemente introductorio que servirá a la perfección para aquel lector casual que quiera adentrarse en la Guerra Civil y entenderla sin buscar algo demasiado técnico pero también como complemento para el lector entendido en la materia que quiera profundizar en en el conflicto y entenderlo desde todos los prismas.


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