Hay una cita que me gusta mucho y que leí por primera vez al crítico de cine Tomás Fernández Valentí que dice algo así como: “no a todo el mundo que le gusta ver cine le gusta leer sobre cine”. Esta idea aplicada al ámbito que nos ocupa, los tebeos, daría lugar a algo así: “no a todo el que le gusta leer tebeos, le gusta leer sobre tebeos”. Un espacio como este blog está dedicado sin lugar a dudas al segundo grupo, a los que no se conforman solo con leer un tebeo y guardarlo en la estantería sino que acuden a internet o a los libros para saber más sobre el tebeo en cuestión, sobre el autor, sobre la corriente en la que se inscribe y sobre todo lo que pueda aprender. Y cuando hablamos de leer sobre tebeos en España un nombre nos acude rápido a la cabeza: Santiago García.
Santiago García lleva toda su vida escribiendo sobre cómics (y escribiendo cómics también). Ganador del Premio a la Divulgación en el Salón del Cómic de Barcelona en 2011, escribió en las revistas U y Volumen (de cuyos nacimientos formó parte), en la prensa generalista, en internet y en todas las partes en las que alguien pueda escribir sobre tebeos. En 2010 publicó el ensayo La Novela Gráfica y tiene un buen puñado de cómics con guión suyo publicados y otros tantos en camino. García es sin duda una referencia imprescindible en lo que a ensayo y teoría del cómic se refiere y, con un buen puñado de publicaciones con su nombre en el mercado estos meses, parece un buen momento para charlar con él y que nos cuente un poco en qué punto se encuentra la historieta española hoy en día.
-Estos días estamos leyendo mucho sobre Supercómic. Mutaciones de la novela gráfica contemporánea, libro que has coordinado y que ha sido editado hace unos días por Errata Naturae, ¿Cuáles son los porqués y los cómos tras éste libro?
El por qué no es demasiado trascendental: porque sí. Porque me gustan los libros, me gusta leerlos y me gusta hacerlos, y me apetecía hacer un libro que pudiera leer, es decir, un libro no escrito por mí, sino por otras personas. Un libro sobre cómic, claro. Tenía la idea de hacer un conjunto de ensayos sobre cómic con la perspectiva de Supercómic rondándome por la cabeza desde hace tiempo, y el cómo llegó cuando entré en contacto con Errata Naturae, que era la editorial ideal para este proyecto, les conté lo que tenía en mente, y les pareció muy bien desde el principio. A partir de ahí nos pusimos a trabajar para hacerlo realidad. Ha sido un proceso bastante sencillo e indoloro, la verdad.
-¿Cuál ha sido tu labor como editor de este volumen?
Una vez concebido el tipo de libro que quería que acabara siendo, y una vez definido con la editorial qué forma acabaría teniendo de acuerdo a las posibilidades materiales de las que disponíamos, mi labor como editor ha consistido principalmente en buscar a los autores que me han parecido más adecuados para este proyecto. Los autores son los que hacen realmente el libro, así que para mí son fundamentales, son todo. A los autores que aceptaban participar les propuse temas o les pedí que sugiriesen ellos mismos de qué les gustaría escribir. A partir de ahí, y a medida que iba recibiendo respuestas, mi principal preocupación ha sido intentar que los temas no se solapasen unos a otros. Hay que negociar y comentar con los autores los contenidos y formas del ensayo, lo cual es siempre un placer, y hay que tener en cuenta que uno siempre tiene que intentar ayudar al autor en su trabajo. Hay que estar ahí, pero sin estorbar; hay que apoyar, pero sin agobiar. Cuando todos los textos entregados ya estaban dados por buenos y entregados a la editorial, lo penúltimo que me quedaba era escribir yo mismo un texto que sirviera de presentación para el libro. El último trabajo, podríamos decirlo así, es el que estoy haciendo ahora mismo: ayudar a la difusión de la obra mediante entrevistas o cualquier otra cosa que se pueda hacer. Y que sea legal, claro.
-Supercómic es un libro eminentemente teórico. Como uno de los teóricos sobre cómic más reconocidos del panorama nacional ¿en qué punto crees que se encuentra la teoría del cómic en España en la actualidad? ¿Crees que se está avanzando en el buen camino o nos falta gente dispuesta a escribir y reflexionar sobre la historieta?
Bueno, no sé si estamos en el buen camino porque no sé si estamos en ningún camino. Quiero decir que la historia de la teoría del cómic en España se ha caracterizado por una sucesión de esfuerzos individuales y discontinuos de diferentes personas o grupos pequeños. Pero no ha habido una línea ininterrumpida, una herencia transmitida de unos estudiosos a otros. No hay una verdadera tradición de estudios sobre cómic en España. Hay que decir que tampoco es un problema exclusivamente español, ha pasado en casi todo el mundo. Pero es cierto que en el ámbito francobelga, y también en Estados Unidos, que es el país que conozco mejor, hace tiempo que se están consolidando esfuerzos tanto en la academia como fuera de ella. Es algo reciente, que costaba identificar hace más de una década, pero ahora creo que ya podemos decir que es algo real y creciente, y muy prometedor. Creo que en España cada vez hay más gente trabajando en las universidades, y el año pasado se organizó un congreso internacional muy interesante en Alcalá de Henares. O sea, que interés y personal dispuesto a implicarse hay, como siempre ha habido. Pero todavía es un poco pronto para saber si estos esfuerzos se van a consolidar y a articular en unas líneas de investigación coherentes y duraderas, o si volverán a agotarse en sí mismos, como siempre. Yo soy optimista, ¿eh?
-Además de Supercómic también has traducido Marvel Comics. La historia jamás contada que también ha llegado recientemente a las tiendas de la mano de Panini. Sin duda ya conocías ampliamente la historia de Marvel antes de leer este libro, ¿Qué has encontrado novedoso en él? ¿Qué nuevos ángulos enfoca que no conociéramos ya?
Marvel Comics: La historia jamás contada es sorprendente. Yo llevo toda la vida leyendo sobre el tema, de manera que pensaba que era sólo «otro libro» sobre Marvel, y que no me aportaría más que las viejas batallitas de siempre. Sin embargo, lo agarré y no pude soltarlo, lo leí con la pasión con la que se lee una novela absorbente. Aparte de los datos nuevos o no que pueda aportar Sean Howe, lo interesante es cómo sabe relacionar los diferentes aspectos de la editorial para dar una visión muy completa de cómo funciona realmente un fenómeno industrial-artístico como es Marvel. Porque creo que si algo queda claro al leer la historia que ha escrito Howe es que los aspectos industriales y los aspectos creativos de Marvel no se pueden separar, y no se entienden unos sin otros. Los unos responden a los otros. Todas las decisiones artísticas están relacionadas con la economía. Y todo es mucho más azaroso de lo que uno podría pensar. La editorial ha sobrevivido durante 50 años, pero en realidad uno se da cuenta de que lleva todo este tiempo trabajando sólo para sobrevivir al día a día. Y día a día van pasando los años... A veces parece un milagro que Marvel todavía exista, sobre todo después de las crisis que sufrió en los 70. Creo que este libro da una de las visiones más matizadas y complejas que se han dado de una figura tan polémica como Stan Lee. También me han interesado muy especialmente los capítulos dedicados a los últimos tiempos, los años 90 y la actualidad, donde se explica cómo Marvel Comics ha pasado a ser una pieza en el entramado de intereses de grandes corporaciones, para quienes ya es más valiosa por la posibilidad de poseer la propiedad intelectual de los personajes que por el propio beneficio que pueda dar la actividad editorial en sí de la empresa. La verdad es que me sorprendió que Panini sacara este libro, que en Estados Unidos no está publicado por Marvel, porque no da una visión oficial y benévola de lo que ha sido la historia de la editorial, y no rehúye las miserias y contradicciones de su trayectoria. Me parece muy valiente y honrado por parte de Panini.
Por otra parte, quiero señalar que no es un libro únicamente para aficionados de Marvel. Es un gran libro de historia del cómic, en general, y cualquiera que esté interesado por entender lo que ha sido el modelo tradicional del cómic industrial en occidente que ha dominado este medio durante cinco décadas debería leerlo. Entenderá muchas cosas de las que están pasando ahora.
-Otro de los proyectos en los que has estado involucrado y que verá la luz próximamente es Panorama. La novela gráfica española hoy, editado por Astiberri. Panorama es, corrígeme si me equivoco, una antología sobre el cómic nacional, una recopilación de historietas y críticas mediante las que tomar el pulso al tebeo español en la actualidad, ¿Qué me puedes decir del libro y de tú papel en él?
Panorama, que sale a la venta en mayo, es una antología del cómic que se hace en España ahora mismo, lo que para el gran público, que es al que se dirige, sería una antología de la novela gráfica de ahora. Seleccionamos a un puñado de autores que están activos en estos momentos y les pedimos una historieta nueva, siempre con la intención de que esa historieta fuera representativa de su producción y pudiera servir de introducción a su obra para un nuevo lector que no lo conociera. La vocación de Panorama es promocional e inclusiva, pero evidentemente un único volumen tiene unas limitaciones de espacio infranqueables. Con esta nómina de autores ya nos hemos ido a más de 300 páginas, que supera el límite que nos habíamos planteado en principio. De manera que buscamos una forma complementaria de incluir más autores y obras en el volumen, y lo hemos hecho a través de una sección de reseñas de cómic españoles recientes, de la que se han encargado Alberto García Marcos y Gerardo Vilches. Los cómics reseñados en este apéndice son de autores que no tienen historieta en el libro. La idea, como digo, es que el público casual que lee novelas gráficas ocasionalmente y que puede tener interés en leer alguna más pero tal vez no conozca en profundidad la oferta, descubra que hay un montón de autores produciendo cómics interesantes ahora mismo en España. Y que a partir de Panorama, siga buscando.
-¿Cómo de necesaria crees que es una antología de este tipo en la actualidad? ¿Crees que hace falta en nuestro país abrir puertas a los lectores, descubrirles nuevos tebeos y nuevos autores?
Sí, claro. Es un poco lo que te he comentado en la respuesta anterior. En España hay muy poca gente que lea, y menos aún que lea cómics habitualmente, eso es un hecho y es un problema que afecta a toda la industria editorial. El cómic se mantuvo tradicionalmente gracias a las ventas a través de kioscos a los niños, pero eso ya se ha acabado. Estamos en un momento de transición a un nuevo modelo con un nuevo espacio, que es la librería general, y un nuevo público, que es el público casual adulto, no coleccionista ni aficionado de toda la vida. Diría que estamos en un momento de transición hacia un modelo de industria cultural más parecido al de la literatura y el cine que al que venía siendo el del cómic, que era prácticamente un nicho especializado. O conquistamos nuevos lectores en ese nuevo terreno, o me temo que los lectores ya existentes no bastarán para sostener una industria propia.
-Hay quien cree que la industria del tebeo en España se está yendo a pique, recientemente se han oído voces a favor y en contra de esta “tormenta perfecta”, ¿estamos realmente en una situación grave en lo que se refiere a las editoriales y a la viabilidad financiera del cómic en nuestro país tal y como lo conocemos?
El tebeo en España se fue a pique hace treinta años, no sé quién se ha enterado ahora. Desde los 80, las únicas editoriales que realmente se han mantenido bajo el modelo tradicional han sido las que importan y traducen cómic americano y japonés. Pero en cuanto a la producción nacional, esta desapareció del modelo tradicional hace ya mucho tiempo. No es ninguna novedad, y no hay más que ir a la hemeroteca para ver textos hablando de esto hace diez y quince años. Por ponerte un ejemplo, esto lo escribí yo mismo en 2000: Los 90 en España: guerreros de antaño
La verdad es que es un tema que me tiene un poco aburrido, sobre todo porque yo creo que en todos estos años ya ha habido tiempo no sólo para detectar la situación, sino para plantearse alternativas y trabajar en nuevas direcciones, si es que había voluntad de hacerlo. Para preparar el futuro, en suma. En relación con la situación de hace 15 años, la principal novedad es que ahora el autor español no sólo tiene la posibilidad de emigrar profesionalmente a Estados Unidos o Francia, sino que también puede plantearse desarrollar una obra en España gracias a editoriales como Astiberri, Sinsentido, Diábolo y otras, y gracias principalmente a la aparición de la novela gráfica. De esta dinámica están surgiendo nuevas iniciativas completamente distintas de lo que estábamos acostumbrados a ver hasta ahora, como las que están planteando ¡Caramba!, Entrecomics Comics, Autsaider y otros. Es pronto para saber dónde acabará todo esto, si conseguirá consolidarse o si acabará fracasando, más cuando ha coincidido con una crisis económica general devastadora. Pero ésa es la batalla en la que están implicados ahora mismo los autores de cómic que publican en España, intentando labrarse un futuro.
-Parece un buen momento para las publicaciones sobre cómic. Aunque de temática y ambiciones bien diversas, en un periodo muy corto de tiempo han visto o van a ver la luz libros como Supercómic, Marvel Comics LHJC o Marvel Ahora (obra de los compañeros de Zona Negativa), o revistas como el primer número de Ninth Comic o la revista de Zona Comic; incluso Alberto García, de Entercomics Cómics anunciaba el otro día en una imprescindible entrevista la idea de convertir la web en revista y publicar un libro teórico ¿A qué crees que se debe este pequeño boom? ¿Crees que hay realmente una demanda por parte del público de publicaciones de este tipo o más bien es una apuesta de un cierto sector más interesado en la divulgación a la espera de que el púbico general se involucre en ello?
No hay arte que avance en la sociedad sin que vaya acompañado de un discurso. El cine generó sus discursos, la literatura siempre ha tenido los suyos, el arte no es nada sin sus argumentos. Que el cómic careciera de ellos formaba parte de su marginación cultural, era parte de su identidad como lo que se llamaba antes subcultura. En el momento en que el cómic es absorbido por la cultura, tienen que aparecer textos teóricos. Los discursos teóricos son imprescindibles para que el cómic sea asumido por la sociedad, y al mismo tiempo cada vez que ésta los asume, reclama más discursos teóricos. Es una dinámica de retroalimentación. Los discursos no son accesorios, son fundamentales en el desarrollo de un medio. La historia del arte no empieza cuando alguien empieza a pintar cuadros, la historia del arte empieza cuando Vasari escribe su libro y explica que los pintores son artistas, criaturas nobles y divinas dignas de admiración. Hasta entonces eran criados.
-Al hilo de lo que hablamos, me gustaría preguntarte también por la ACDComic, Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España, asociación de reciente creación y a la que tú perteneces. ¿Qué nos puedes decir sobre ella? ¿Cuáles son sus tareas y sus objetivos?
Poco te puedo contar. Pertenezco a la asociación porque quiero darle mi apoyo. Creo que la falta de asociacionismo ha perjudicado mucho al cómic español en todos sus estamentos. Así que si los críticos, teóricos e investigadores quieren asociarse y crear algo que nos ayude a todos, me parece una idea magnífica. Pero por la lejanía y un exceso de ocupaciones no estoy demasiado implicado en el desarrollo de la asociación, que ahora mismo está sacando adelante José Antonio Serrano, una de las personas más trabajadoras y concienzudas que he conocido en el mundo del cómic. Sé que con él estamos en buenas manos.
-Además de los libros ya mencionados, tienes a David Rubín dibujando tu guión de Beowulf, a Javier Peinado y a Javier Olivares con sendos proyectos firmados por ti, y algún otro guión tuyo rondando por ahí. También está en marcha, si no me equivoco, El Vecino 4 con Pepo Perez y por supuesto el blog que sigue funcionando a las mil maravillas. Parece que estás viviendo un momento muy provechoso profesionalmente, ¿algún otro proyecto con el que vayas a sorprendernos? ¿Algún deseo para el futuro?
Ideas hay muchas, algunas van pasando poco a poco a la fase de proyectos, y realmente mi único deseo para el futuro es que todos estos esfuerzos sean fructíferos y acaben saliendo a la luz. Y luego, que sea lo que Dios quiera.
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